Guardián de mis deseos
Y mi eterno sufrimiento,
Despierta mis ganas insaciables de besarte
Mientras la inocencia de mi cuerpo se quema
Con el frío fuego de tus ojos.
Existe un espacio vacío en mi pecho
Donde mi corazón antes estaba
Siento el dolor de su abandono
Cual ramas de espinosas rosas
Se adhirieran a mi cuerpo.
Mi amor se desborda como río en mi mente
Abre camino
Al anhelado sueño de estar contigo
Difícil mi misión se ha convertido
No se irá esa
Intensa humedad
Que recorre mis mejillas sin descanso
Mis mejillas y mis ojos
Haces que mi mente se encierre en hermosos
Divinos pensamientos.
Dámaris Hernández Guzmán
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